El dúo que reivindica el boombap argentino y coloca a la Patagonia como faro de dos de las mejores voces de la escena. La dupla que navega entre el bombo y la caja, entre Neuquén y Buenos Aires. El grupo que sabe conjugar el flow canchero y desfachatado de Tomás Campos y la prosa callejera y elegante de Lucas Gimenez. C.R.O y Homer el Mero Mero son neuquinos, son amigos, son distintos y son Bardero$.

Sus primeras influencias musicales difieren del de otros artistas del género, con un gusto por payadores clásicos como José Larralde y Jorge Cafrune por parte de Homer, y una apreciación por las letras reflexivas y lacónicas de Alice in Chains en C.R.O. A su vez, su punto de partida, la fría y compleja Neuquén, le permitió al dúo contar sus historias con un punto de vista alejado a la cosmovisión artística porteña, con la inclusión de videos de las puebladas de Cutral Có en los años 90 en el video de “Pikete”. Una declaración de principios y orígenes que destacan en cada uno de sus versos: drogas, violencia, melancolía, historias de vida y mucho estilo integran el disco más sólido de la dupla, Me sueltan los ángeles (2020).

En lo que bien podría ser un guiño al G Funk de la costa oeste norteamericana, el álbum tiene el sonido característico del estado de Snoop Dog y Dr. Dre, una California pintada sónicamente por la producción de GMF (Grey Music Family) y narrada por el flow de C.R.O y la pluma poética de Homer. Las guitarras soul, los coros femeninos y la melancolía se combinan astutamente con el boombap callejero y gangsta, dando como resultado un álbum que puede convertirse en un clásico del rap nacional. De sus pasiones, de las colaboraciones, y del disco, hablamos con el tándem más picante de la escena.